Hace poco por un descuido pensaba que estaba solo en casa cuando pasaba por el salón desnudo y estaban mis dos hijas allí, y las dos me vieron toda mi polla de 20 centímetros y no podían parar de mirarla. Desde ese día las dos estaban muy cariñosas conmigo y hoy comprobé porque era. Me estaba duchando cuando escucho un ruido me asomo y ahí estaban mis dos hijas totalmente desnudas, yo me tape con cortinas de la ducha pero mi polla se empalmó y levantaba todas las cortinas con ellas. Entre las dos me agarraron de la polla y me llevaron al salón, sin decir nada se pusieron de rodillas y me la iban chupando a turnos y las dos a la vez. Yo no pude contenerme y aprovechando que no estaba su madre las tumbé contra el sofá y empece a follar a mis dos hijas jovencitas mientras gemían como unas auténticas perras.