Tengo mucha suerte de tener la mejor hija del mundo, es todo un cielo, me cuida, me trata muy bien y muchas veces también me satisface sexualmente. Hoy ella estaba muy cachonda y me ha dicho que quería probar mi verga. Así que me la saqué y se la puse en la boca, ella con muchas ganas no paraba de chuparme desde el capullo hasta el fondo de mi pija. Cuando yo estaba todo cachondo la puse en el sofá y la abrí de piernas, la toqué el coño con el capullo y ahí se la metí hasta el fondo para que gimiese como una perra.