Mis hijas tienen 20 años y siguen estando igual de cachondas que cuando tenía 18 pero lo que ha pasado hoy aún no me lo creo. Subí a su habitación para hablar con ellas cuando me las encuentro a una tumbada abierta de piernas y a la otra comiéndola todo el coño. Me quede asombrado y no sabía que hacer, al mismo tiempo mi polla se puso muy dura y ellas se dieron cuenta de lo grande que la tengo. La más guarra de las 2 me agarro la verga y me tiro a la cama, me la sacó del pantalón y me la empezó a chupar, yo al principio no me lo creía pero luego me deje llevar de los bien que me chupaban la polla las dos. No me quedo otra cosa que aprovecharme de la situación y pegarlas a cada una la follada de su vida y tan buena ha sido que me han dicho que tenemos que follar más a menudo.